7 dic 2010

Píndaro

 









Nació en Cinocéfalos, Beocia, alrededor del año 518 a.C. La primera oda pindárica es la Xª Pítica y fue compuesta cuando el autor apenas contaba veinte años.
   Tuvo confrontaciones con otro de los escritores de la época: Baquílides, quien había adoptado un punto de vista panhelénico y propugnaba la resistencia enconada ante los persas, que ve como una amenaza sobre el conjunto de toda la Hélade. Esto molestó a pindaro, que adoptó una actitud de transigencia con el enemigo que era la interesada política de su patria tebana Píndaro muere en Argos en 438 a. C.
La obra de Píndaro que se conoce se ha conservado en papiros de entre el siglo II a. C. hasta el II d. C.
    En total, han llegado hasta nosotros cuatro libros de epinicios que suman 45 odas y algunos fragmentos. Además de epinicios, Píndaro compuso himnos, peanes, partenios, cantos al vino, entre otros. Se enfocó básicamente a resaltar logros de héroes y elogios hacia gobernantes de la época, en su mayoría tiranos.




Los epinicios (πίνικοι / epinikoi) son cantos corales compuestos en honor de los vencedores en alguno de los cuatro certámenes deportivos de los Juegos Panhelénicos que se cantaban al paso de los campeones. Las composiciones de Píndaro suelen utilizar la victoria deportiva como simple punto de partida para loar el valer personal del atleta: su triunfo refleja la victoria de lo Bello y lo Bueno sobre la mediocridad. El estilo de Píndaro es único y favorecedor a su gran reputación como el poeta que denominamos hoy día. Se trata de una ascociación de diversos elementos de la naturaleza literararia, más concretamente en poesía heroica o de divinidades, que alcanza un nivel supremo de nuevas formas de estilo jamás antes concebidas. Éste sabio poeta usa formas de dialectos antiguos y abundancia de elementos retóricos, el uso de imágenes predominante en su escritura nos maravilla aun hoy, como lo hizo a autores posteriores de su época como Heródoto, el cual se resalta el significado y complejida de Píndaro, símbolo de su magnitud lírica. 
   Como se mencionó con anterioridad, Píndaro elogiaba y destaba el valor de la belleza presente en los ganadores de las olímpicas, las cuales eran en favor de Júpiter, llevadas a cabo en Pisa u Olimpia y celebradas de igual forma que en nuestra era: cada cuatro años. Dando al majestuoso vencedor un ramo de olivos se concluían las celebraciones y competencias. Píndaro realizó otros trabajos además de elogios a héroes y tiranos, se dedicó a crear frases célebres en sus poemas y a desarrollar una técnica fabulosacon inmensos y pertinentes consejos. 

He aquí textos hermosos e importantes de rescatar: 

Olímpica Cuarta a Psaumis de Camarina

¡Te invoco, rey de de los dioses, que desde la cumbre del monte Olimpo lanzas el rayo impiadoso, Júpiter! Las Horas, tus hijas, que vuelven a traernos las fiestas de Olimpia, me han llamado allí, en medio de los cantos y de los acordes de la lira. Asi, el hijo de Climena borró los ultrajes de las mujeres de Lemnos, cuando, cubierto con la armadura de bronc, salió vencedor de la carrera; entonces al ir a recogerla corona, dijo a Hypsipyla: "He aquí lo que valen mis pies, y el corazón y los brazos de quien os habla valen igual" Muy a menudo los jóvenes ven cómo sus cabellos se convierten en canas antes de la edad. 

Sobre los antepasados de Herón

Emigraron a Rodas, después abandonaron esta isla para irse a vivir a una magnífica ciudad, en la que cubren de ofrendas los altares de los dioses y sobre ellos se derrama una eterna lluvia de riquezas.

A Júpiter 

¡Qué debo hacer para serte agradable, rey del trueno terrible, y para agradar a las musas y a la alegría? Esto es lo que te pregunto.

Sobre el Destino

  La misma ley que gobierna a mortales y a inmortales provoca y justifica, en su pleno poder, los actos más violentos. Juzgo de ello por las hazañas de Hércules, que llevó los bueyes de Gerión hasta los pórticos ciclópeos de Euristeo sin haberlos pedido ni comprado a su amo.

      

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